lunes, 17 de febrero de 2014

Amigo en la adversidad, amigo en la realidad - Yamajima

¡Hola queridas lectoras!

Hoy tenemos algo de fanfic lemon sin mucha trama para ustedes :D

Espero que les guste.

Además aprovecho de anunciarles que tenemos una encuesta (que pueden encontrar en la página principal, a la derecha) en la que pueden manifestar sus preferencias para nuevos fanfics. ¡Cuéntennos que quieren leer!

No las aburro más, aquí está el fic:


Título: Amigo en la adversidad, amigo en la realidad
Pairing: Yamajima
Rating: NC-17
Resumen: Yamada está un poco estresado por causa del trabajo, Yuto decide ayudarlo.

-Te ves bastante tenso -dice Yuto, de pronto y de la nada.

Es tarde y son los últimos dos integrantes del grupo que están todavía en el camarín, porque Yuto acaba de terminar de darse una ducha después de la ardua grabación y Yamada no ha logrado dejar de enviar mensajes de carácter urgente con su celular el tiempo suficiente para levantarse de la silla en la que está sentado. Cuando levanta brevemente la vista de su celular, puede ver el cabello mojado de Yuto goteando sobre su camisa blanca a medio abrochar.

-Estoy intentando resolver algunas cosas -contesta Yamada, frunciendo el ceño e intentando volver a concentrarse en la tarea de responder a los molestos mensajes que estaba leyendo antes de que apareciera Yuto, mojado y a medio vestir; rezando interiormente para que el ligero sonrojo de sus mejillas pueda pasar desapercibido. -Mi horario es un verdadero infierno estos días y hasta mi manager está un poco desesperado al respecto.

-Deberías relajarte un poco -dice Yuto, riendo suavemente y por lo bajo, de una manera que Yamada sabe no es burlesca. -Estar tan nervioso no es bueno para tu salud.

Yamada finalmente deja de lado su teléfono y sonríe, un poco cansado. Yuto acaba de acercar una silla y está sentado frente a él, observándolo con un aire contemplativo.

-Si tuviera tiempo para relajarme lo haría -suspira, masajeándose un poco el cuello, pero los nudos que encuentra no tienen intención de ceder.

-¿Sabes cuál es un buen remedio contra el estrés? -pregunta Yuto y Yamada lo conoce lo suficiente para detectar la mínima malicia que se cuela en su mirada, a pesar de que toda su expresión permanece casi neutral.

Así que, en lugar de morder el anzuelo y preguntar, Yamada solo resopla, cerrando los ojos y restregándolos suavemente con una mano.

-Si vas a decir que necesito tener sexo, ahórratelo. No tengo tiempo para dormir, mucho menos para buscar una novia.

-¿Quién dijo algo de novias? -Yamada escucha la voz de Yuto, pero tarda unos segundo en procesar sus palabras. Cuando lo hace, abre los ojos, sentándose derecho en la silla que ocupa, lentamente.

-¿Te referías a…? ¿Solo? -Yamada no sabe qué expresión tiene en el rostro, probablemente una de confusión absoluta, porque Yuto sopla aire por su nariz en una risa ahogada. -¿Realmente vamos a tener esta conversación? Digo, no la tuvimos a los catorce años y ahora parece un poco tarde…

-Tampoco quería decir eso… -Yuto responde, meneando un poco la cabeza y sin dejar de sonreír. Yamada no sabe cómo interpretar el rubor que, aunque ligero, comienza a ser evidente en las mejillas de Yuto.

-¿Entonces…?

-Tienes amigos -la voz de Yuto suena firme y clara, pero Yamada simplemente tiene problemas para comprender lo que está diciendo. -Amigos que podrían ayudarte.

La incredulidad que siente Yamada debe reflejarse en su rostro, porque Yuto rompe a reír.

-Jaja… es una buena broma -dice Yamada, e intenta reír también, pero todo está terriblemente tenso y si esta es la idea de Yuto de una forma para relajarlo, apesta profundamente.

-No -responde Yuto, congelando el intento de risa en la garganta de Yamada. -Lo digo en serio.

Yuto se levanta de la silla y la aparta más rápido de lo que Yamada puede procesar qué está sucediendo, llega a la puerta del camarín y coloca el pestillo antes de que Yamada logre articular siquiera una palabra.

-Basta -es lo único que puede decir Yamada a medida que Yuto se acerca. -No es gracioso.

Pero Yuto no parece tomar en cuenta su negativa cuando se arrodilla frente a él. Yamada solo puede observarlo, con algo cercano al pánico recorriendo todo su cuerpo y, muy a su pesar, no poca anticipación.

-Nadie va a intentar entrar si hacemos poco ruido -la voz de Yuto es bastante más baja que de costumbre, algo rasposa, y los escalofríos que recorren a Yamada no aportan a la causa.

Y todo empeora cuando las manos de Yuto se arrastran lentamente por sus piernas, desde sus rodillas y hacia arriba, más y más, lento e implacable.

-¿Estás hablando en serio…? Yuto… no… -la mano de Yamada en el hombro de Yuto detiene, por unos instantes, su avance y Yamada mira a Yuto a los ojos, desesperado por dos razones completamente opuestas.

-Shhh… la idea es que te relajes -dice Yuto y sus manos vuelven a moverse, alcanzando la hebilla de su cinturón y desabrochándola en segundos, para seguir con el cierre de sus jeans.

Yuto lo desviste con eficiencia, bajando los jeans y los bóxers de Yamada solo lo necesario para que no sea incómodo. El cuerpo de Yamada está ciertamente interesado, pero no completamente listo todavía, a pesar del profundo suspiro que se escapa de sus labios cuando Yuto lo envuelve con sus largos dedos y comienza a acariciarlo firme y rápidamente, porque el tiempo es un lujo con el que no cuentan.

Se siente bien, se siente demasiado bien y Yamada lucha contra el ardiente deseo de cerrar los ojos y dejar caer su cabeza hacia atrás, simplemente disfrutar el momento.

-No tienes para qué hacer esto -logra decir Yamada, en su lugar, moviendo una de sus temblorosas manos desde los hombros de Yuto hasta posarla en su cuello, todavía húmedo.

Sus ojos deben delatar su conflicto interno, tal vez, porque Yuto se detiene y le sonríe antes de inclinar la cabeza un poco hacia el lado, rozando con la mejilla la mano de Yamada, la que sube a su rostro para acariciarlo levemente. El gesto en sí logra tranquilizar un poco a Yamada. Solo un poco.

-Somos amigos -dice Yuto, simplemente, antes de inclinarse hacia delante a la vez que reanuda el movimiento de sus manos. -Los amigos se ayudan.

Las ondas que crea la voz de Yuto, tan cerca, son devastadoras sobre la piel de Yamada, que cierra los ojos cuando Yuto se inclina todavía más y su lengua entra en contacto con su acalorada piel; y la sensación comienza a ser demasiado placentera. Yamada intenta recordar que debe guardar silencio mientras Yuto usa su lengua sobre él de maneras tan increíbles que Yamada se siente ligeramente celoso sobre dónde pudo haberlas aprendido.

Sin embargo, no puede pensar en ello por mucho tiempo más, porque Yuto decide entonces envolverlo completamente con su boca y Yamada solo es medianamente consciente de sus propias manos, de sus dedos que se enredan en el cabello de Yuto sin cautela ni delicadeza mientras el propio Yamada intenta desesperadamente aplacar de alguna manera los gemidos que se escapan de sus labios y que amenazan con subir más y más de volumen a medida que Yuto mueve sus labios con mayor rapidez, hacia arriba y hacia abajo, una de sus manos rodeando la base mientras envuelve la sensible punta con la lengua antes de volver a bajar, llevando a Yamada tan hondo que cree sentir el fondo de su garganta.

-Hmmm… Yuto… -gime Yamada, olvidando por unos segundos en dónde se encuentran, y entierra sus dedos con más fuerza en la nuca de Yuto, a quien parece gustarle si la manera en que aprieta más los labios y succiona con más fuerza es algún indicador.

Es demasiado, el contraste entre el calor de la boca de Yuto y el aire frío sobre su piel, húmeda de saliva, cuando no está dentro de ella; la presión, el ritmo, la vibración de los gemidos de Yuto que siente tan íntimamente, el hecho de que es claro que Yuto también está disfrutándolo.

-Yuto… para… voy… -Yamada gime, desgarrado y con un volumen peligroso para sus alrededores, pero nada hace mucho sentido en su cabeza en estos momentos. Intenta jalar el cabello de Yuto, hacer que escuche su advertencia de alguna manera, pero Yuto no le hace caso, solo redobla sus intentos y Yamada ya no puede aguantar más. -¡Yuto!

Y quizás Yuto ríe, o eso cree Yamada por la manera en que su boca vibra a su alrededor, llevándolo a niveles insospechados de placer, haciéndolo clavar ambos pies en el suelo con firmeza, porque es demasiado, todo es simplemente demasiado, y no puede detener sus caderas que empujan con fuerza, profundo dentro de la boca de Yuto, tan brusco que quizás cuando logre recuperar la conciencia sentirá algo de remordimiento, pero por ahora toda la realidad se deshace en trocitos de luz y Yamada cierra los ojos, apretándolos con fuerza y abandonándose al devastador orgasmo que consume su cuerpo y satura su mente.

Es difícil volver a pensar con algo cercano a la lucidez, difícil volver a encajar en su propia piel. Pero cuando lo logra, levemente, y puede abrir los ojos, la imagen de Yuto frente a él, despeinado, sudoroso y jadeante, todavía de rodillas, le es irresistible.

Cubre su cuerpo saciado lo mejor posible con la ropa que no parece cooperar y años de práctica de baile le juegan a favor cuando, a pesar del cansancio que vuelve de plomo sus extremidades, logra dejarse resbalar de la silla en la que todavía estaba sentado y arrodillarse delante de Yuto, empuñando el frente de su camisa y anclando su otra mano en la nuca de Yuto para atraerlo hacia sí.

Es extraño, encontrar su propio sabor en la boca del otro chico, mezclado con algo nuevo y extraño, absolutamente Yuto. Y en las ocasiones en que se atrevió a soñar con esto en el pasado, Yamada jamás imaginó que sería de esta manera, tan cálido y desgarbado, desesperado desde el momento en que la mano que estaba en la camisa de Yuto baja hasta su cinturón y sus jeans, y Yuto de hecho gimotea suavemente cuando Yamada palpa su necesidad a través de la tela de su ropa interior.

Es algo halagador, haber reducido a Yuto hasta este estado sin siquiera tocarlo y un agradable hormigueo lo recorre por completo, es demasiado pronto para hacerlo reaccionar nuevamente, pero se siente bien, lo hace querer más, provocar más reacciones en Yuto, por lo que rápidamente baja su ropa interior y lo envuelve con su mano, bombeando con un ritmo implacable, que hace a Yuto encorvarse un poco para aferrarse a los hombros de Yamada.

Es un poco difícil abrir los botones de la camisa de Yuto que estaban abrochados, pero aunque ya no son adolescentes, la adrenalina y la prisa ciertamente harán que esto termine bastante rápido, Yamada puede sentirlo en la manera en que las caderas de Yuto empujan a contratiempo de su mano cada vez de forma más errática, y no está seguro de que Yuto haya traído un cambio de ropa.

-Yama-chan… -jadea Yuto, y Yamada cede ante la tentación de besar su cuello, buscar la piel tras su oreja y rasparla todo lo delicadamente que puede con los dientes.

Yamada comienza a girar un poco la muñeca al bajar, apretando un poco al llegar a la base, como suele preferir él mismo, y el gruñido a medio articular de su nombre en labios de Yuto sería señal suficiente, aunque no sintiera el cálido pulsar en su mano antes de la inmovilidad total de las caderas y el resto del cuerpo de Yuto.

Abrirle la camisa fue la mejor de las ideas, se felicita Yamada, mientras alcanza un paquete de pañuelos desechables de su bolso para limpiar un poco los abdominales de Yuto que son la única área dañada, además de la mano de Yamada.

-Gracias -suspira Yuto, aun sin poder regular su respiración. Están sentados en el suelo, lado a lado, con las espaldas apoyadas en la pared y los jeans a medio arreglar; y Yamada sabe que Yuto no se refiere a los pañuelos.

-Dijiste que los amigos se ayudan -dice Yamada, e intenta encogerse de hombros, pero su cuerpo se siente completa y absolutamente relajado, y ríe por lo bajo, porque quizás Yuto sí tiene buenas ideas. -Y solo regresaba el favor.

Yuto deja escapar una risa sospechosamente cercana a un suspiro, pero no dice nada. En silencio también, se gira hasta encontrar una posición cómoda y acerca su rostro una vez más al de Yamada, que no retrocede cuando los labios de Yuto reclaman nuevamente los suyos, esta vez de un modo más suave y menos ansioso.

Y quizás esta es la parte más relajante de todas, piensa Yamada mientras se aferra con ambos brazos al cuello de Yuto, una de sus manos lo suficientemente arriba para acariciar su cabello, y se besan lánguida y lentamente. Pretende tenerlo claro para futuras ocasiones.

6 comentarios:

  1. Que lindo Yuto ayudando a su amiguito <3 y como este le "devuelve la mano".

    Tu fanfic es super unf, colapsante y lo amé, y si fumara, después de leerlo estaría fumando, quedé agotada :B

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    1. * - *
      Gracias querida Sue, por tu apoyo y tu fe (o la falta de ella) xD
      <3

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  2. "Amigo es, quien puede ayudarte..."
    unf es poco... Sue es testigo que me tape la cara...

    Adios... saludos desde la chucha

    Minaro

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    1. "Te noto tenso..."
      XD
      La xuxa es un hermoso lugar, me alegra haberte facilitado el transporte XD
      Te quiero Minarits

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  3. mi dioooooooooos how is this so much hotter in spanish, idk it's something about the obvious things yuuto was saying and yamada entirely not getting it and then /yuuto on his knees/ holy fuck every description of yuuto through yamada's eyes was gorgeous. ¡escriben más por favor!

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    1. You'll never know the happiness I feel every time you read a fic on Spanish. *-*
      Maybe it's silly, but I feel really honored :P
      Thanks for taking the time to comment too! :D

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