martes, 10 de diciembre de 2013

Tradiciones foráneas - Maruda

En retrospectiva, el muérdago había sido una mala idea, pero en el momento a Ueda le había parecido una referencia suficientemente oscura como para negar conocimiento de causa si todo salía mal.

Nunca esperó que Nakamaru huyera de la planta como si fuera venenosa, tomando el gesto por una broma y temiendo ser alérgico. Todos sus planes geniales tendían a salir mal con Nakamaru. Estúpido muérdago y estúpido Nakamaru con sus navidades sin cine estadounidense. Más le hubiese valido infatuarse con Akanishi.

Finalmente, sólo susurró “Feliz Navidad” y lo besó en medio de un pasillo vacío. Esta vez, Nakamaru comprendió.

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