miércoles, 25 de junio de 2014

Insomnio - Takachii

Había prometido otro fic Takachii para Michiru, y me demoré todo este tiempo en terminarlo y no tengo excusas aceptables u.u pero dicen que mas vale tarde que nunca.

Resumen: No podía dormir con ese dolor en su pecho. Había olvidado el tema, pero cuando había visto a Takaki y a Daiki riendo camino al hotel, Chinen súbitamente lo había recordado.


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Sus ojos pesaban, pero aunque los cerrara no podía conciliar el sueño.

No era algo normal en él, sus pensamientos lo acosaban incesantemente. Se levantó de la cama para ir a beber agua. En la otra cama Okamoto dormía en paz, sintió el deseo de lanzarle algo. Miró por la ventana y volvió a acostarse.

Fue otro intento fallido, no podía dormir con ese dolor en su pecho. Había olvidado el tema, pero cuando había visto a Takaki y a Daiki riendo camino al hotel, Chinen súbitamente lo había recordado.

El viaje de ambos a Francia había sido una experiencia importante en su vida, pero además, había compartido con Takaki como nunca lo había hecho, menos por tanto tiempo. Amaba su compañía. Takaki era una persona en la que podía confiar, era una persona con la que quería estar y sus sentimientos hacia él eran tan inexplicables y obvios a la vez. Creyó que era mutuo.

Pero cuando frente a las cámaras le preguntaron a Takaki: “Si fueras niña, ¿a quién de Hey!Say!Jump querrías de novio?” Chinen comenzó a sentirse ansioso, le dijo a Takaki que estaba bien permanecer como chico. Fue tomado como una broma, en parte se sentía aliviado, pero quería que Takaki entendiera sus intenciones. Al parecer no.

Primeramente eligió a Keito; Chinen no se sintió mal al respecto, sabía que era el comodín para ese tipo de preguntas, y claramente Takaki también lo sabía, Hikaru también lo sabía… y no estaba conforme con su respuesta, lo enfrentó a decir la verdad.

La respuesta llegó como un balde de agua fría: “Daiki”.

“¿Daiki? ¿Por qué?”. Podía parecer cliché, pero la descripción “balde de agua fría” era terriblemente adecuada. Sintió el pecho apretado, Takaki le había roto el corazón, en pantalla, y tenía que disimularlo, porque era un idol y eso era lo que los idols hacían: sonreír, disimular, ser lindos y divertidos.

¿Cómo podría dormir con esos pensamientos rondando su cabeza? ¿Cómo dormir con su corazón roto enterrándose en cada parte de su ser? Takaki le gustaba tanto que era frustrante.

Sólo había una cosa que podía hacer, no tomaba riesgos usualmente, pero tal vez ahora sí quería hacerlo. Aún tenía una pequeña luz de esperanza, Takaki podría no haber sido totalmente sincero, pero aunque lo hubiese sido, quería y necesitaba saber.

Salió decidido de su habitación y caminó hacia la de Takaki; al menos tenía a su favor que este dormía en una habitación individual.

Dudó antes de tocar la puerta, tal vez sería mejor no decir nada y esperar a que pasara, aguantar las noches sin dormir y el dolor de a poco disminuiría hasta desaparecer. Tenía pavor de oír la verdad de los labios de Takaki, porque ya no podría fantasear, no habría más esperanza. Sería definitivo.

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Takaki sintió a la distancia un golpe, sin despertar totalmente no tenía voluntad para hacer algo al respecto. Volvió a escuchar un golpe, era su puerta, le siguió una voz diciendo “¿Yuya?”

El pensamiento de que parecía ser la voz de Chinen lo hizo levantarse inmediatamente, al abrir la puerta comprobó que realmente era él.

-¿Qué pasa? ¿Estás bien? – preguntó Takaki, prendiendo la luz de la habitación, con los ojos a medio abrir.

-No puedo dormir – respondió Chinen, apagando la luz.

Takaki decidió no preguntarle por qué había apagado la luz; Chinen se notaba tenso o asustado, no supo decir.

-¿Qué tienes? – preguntó Takaki, preocupado.

Entraba un poco de luz por la ventana, alcanzó a ver a Chinen respirar hondo, pero no pudo ver su expresión.

-Cuando dijiste que querrías de novio a Daiki, ¿lo decías en serio?

Silencio.

-¿Eh? – rió Takaki, no sabía qué rayos tenía que ver esto con el insomnio de Chinen, ¿estaba bromeando? Odiaba no poder ver su expresión.

-¿Fuiste sincero?

-No… no lo sé. ¿Por qué me preguntas esto? Son las… no sé qué hora es…

Chinen no le respondió, Takaki comenzó a pensar que tal vez era en serio.

-¿Querías que te eligiera a ti? – preguntó Takaki. Quería decirlo como broma, pero sonó más serio de lo que esperaba.

-Sí.

Oh Dios, Chinen sonaba serio.

-No, no fui sincero  - respondió, con un hilo de voz. -Estaba… estaba muy nervioso.

Si Chinen iba a ser sincero, él también podía serlo, pero ¿por qué demonios seguía tan nervioso?

Toda presión en el pecho de Chinen fue reemplazada por alivio y excitación. Su seguridad había vuelto y decidió ser directo.

- Me gustas – dijo simplemente. Qué fácil e íntimo era todo con escasa luz.

Pero para Takaki era igual de difícil todo, con o sin luz.

-¿Qué hay de ti? – le preguntó Chinen.

-Creo… creo que también.

-¿Crees?

¿Por qué no podía responderle con confianza? Chinen le gustaba hacía mucho tiempo y no sabía por qué estaba siendo tan estúpido.

-No – respondió firme, Takaki – Lo sé, me gustas.

Estiró su brazo y tomó la mano de Chinen, acariciándola con sus dedos.

-Me gustas hace bastante tiempo – continuó.

-Bien – aprobó Chinen.

Takaki rió como respuesta.

-No debiste haber escogido a Dai-chan entonces – lo regañó Chinen.

-¿Cómo iba a saberlo?

-¿Cómo no ibas a saberlo?

-No entiendo por qué podría gustarte.

-Eso es porque eres idiota.

-¿Ves?

-Es parte de lo que me gusta de ti.

-No sé si sentirme halagado u ofendido.

Chinen tomó con fuerza su muñeca y lo tiró hacia él. Takaki a veces olvidaba lo fuerte que era.

Chinen soltó su mano y rodeó el cuello de Takaki con sus brazos.

-Por favor no me hagas sentir así de nuevo – dijo Chinen.

Takaki supuso que hablaba de lo que había pasado en ese show; lo abrazó.

-Lo siento – dijo antes de besar sobre su cabello. –Estaba muy nervioso y asustado.

-Tonto Yuya – dijo Chinen y alzó sus labios, empinándose, para besar los de Takaki.

Y qué perfecto fue el mundo en ese momento, con sus labios torpes y el agarre tímido de las manos de Takaki en la espalda de Chinen.

-¿Sabes? – dijo Takaki cuando se separaron. –Estar contigo siempre se sintió bien, así como esto se siente bien… demasiado bien.

Chinen sonrió pícaramente, aunque Takaki no pudo apreciar el gesto, si pudo apreciar su tono de voz cuando este se acercó a su oído a susúrrale.

-Tú te sientes demasiado bien.

Y hablando de sentir, Takaki sintió aquello en sus partes bajas. “Demonios Chinen, ¿qué intentas hacer?”. Pero no lo verbalizó, porque, en el fondo, quería que Chinen intentara lo que quisiera. El sólo pensarlo consiguió ponerlo más nervioso.

Sintió los húmedos labios de Chinen en su cuello, seguidos de un escalofrío bajando por su espalda; ancló sus manos a los hombros de él.

-Chinen…

-Dime Yuri – sonó a súplica.

-¿Eh? Es un poco vergonzoso – dijo Takaki.

Chinen lo mordió como respuesta.

-¡Ouch! Ok, lo intentaré – agregó Takaki.

-Bien.

Pasó sus dedos entremedio del cabello de Chinen, esta vez él fue quien lo besó. Sus labios, anteriormente torpes, ahora estaban hambrientos y decididos.

Chinen comenzó a soltar pequeños quejidos entremedio de sus labios, que estaban volviendo loco a Takaki.

Este era el momento, pensó Chinen, y coló su mano bajo la ropa de su compañero, saboreando con sus dedos la tibia piel de su espalda. Como respuesta, Takaki ahondó el beso.

Chinen corrió unos centímetros su cara, intentando que Takaki dejara sus labios y lo besara en el cuello, pero este los persiguió. ¿No había entendido el mensaje o tenía miedo de en qué podría terminar esto? Conociendo a Takaki, probablemente lo último. Si le había servido ser directo una vez, de seguro le resultaría nuevamente, pensó.

Takaki estaba, efectivamente, asustado de avanzar más allá tan rápido. ¡Era Chinen! ¡Su compañero de grupo! Y ya besarse podría traer suficientes complicaciones. Debía haberlo dejado en ese primer beso, pero había tenido que ir y hacerlo de nuevo, y ahora sus cuerpos estaban tan cerca, rozándose, el calor incrementándose y las manos de Chinen acariciando directamente su espalda, deslizándose hacia su estómago y subiendo por su pecho. La otra mano de Chinen tomó la suya y la guió hacia su cuerpo, la sintió introducirse bajo los pantalones de pijama de Chinen.

-Chinen no creo….

-Está bien, Yuya – interrumpió Chinen, y pareció de pronto de 20 años de edad en vez de 14.

Soltó la mano de Takaki y llevó la propia bajo los pantalones deportivos que traía Takaki, besándolo antes de empezar a estimularlo.  

Primero Takaki sintió el placer concentrarse en ese punto de su cuerpo y sus piernas debilitarse. Segundo, se sintió un imbécil por tener su mano inerte palpando bajo el pantalón de Chinen. Ya estaban ahí, no había vuelta atrás ni nada que evitar. Comenzó a corresponder el placer y con su otra mano se aferró del hombro de Chinen para buscar equilibrio.

Besó el cuello de Chinen, que no reprimía sus gemidos. Intentó reprimir los suyos, pero cuando se le escapaban, se escuchaban más fuertes en la silenciosa noche. Se detuvo.

-¿Qué sucede? – preguntó Chinen, preocupado.

-En cualquier momento perderé el equilibrio y me caeré – respondió Takaki, guiándolo a su cama.

Se sentaron y Chinen se deslizó felinamente hacia él para remover su camiseta.

-También me preocupa que nos oigan.

Chinen tenía sus dedos sobre el pecho de Takaki y jugueteaba en su piel.

-¿Quiénes están en la habitación siguiente? – preguntó Chinen.

-¿Inoo y Daiki...? Creo – respondió Takaki, sin entender qué importancia tenía.

Chinen se quitó la camiseta y besó el costado del pecho de Takaki antes de contestarle.

-Entonces que nos oigan.

Las protestas de Takaki fueron ahogadas por un beso caótico y evaporadas por el cuerpo de Chinen sobre él. 

Estaba bien, no importaba demasiado en ese momento en el que se recostaban sobre la cama y su cabeza no estaba lo suficientemente despejada para preocuparse más, así que Takaki condujo su mano por el cuerpo que tenía pegado al suyo para continuar en lo que estaban. Sintió la sonrisa de Chinen contra sus labios.

Llevó la mano de chinen, que se encontraba en su cintura, más abajo. Se separó de él y lo miró unos instantes, sus ojos se habían acostumbrado ya a la escaza luz.

-…. Yuri…. – suplicó, avergonzado. Ocultó su rostro en la curvatura del cuello de Chinen.

Chinen se dejó guiar por la débil presión que ejercía Takaki en su muñeca.

La piel de Takaki se estremecía bajo sus labios y, cuando su mano se unió al ritmo que Takaki tenía en él, este retiró su rostro del cuello de Chinen y dejó caer su cabeza en la cama con los ojos cerrados y labios entreabiertos.

Las expresiones erráticas de placer en Takaki lo fascinaban por sobre lo nublado que estaba con el propio. Hubiese deseado que Takaki no estuviera con los ojos cerrados y poder mirarlo en ellos. Lo dejaría pasar esta vez. Porque habría una segunda vez, tenía que haberla.

-Yu…. Yuya… -no alcanzó a pedirle que aumentara la velocidad y Takaki ya lo estaba haciendo. ¿Coincidencia o conexión entre ellos? Se sentía bien. Dejó caer su rostro sobre el pecho de Takaki, lo besó entre gemidos, cada vez más cerca, más cerca, buscó con desesperación sus labios, de ser posible se habría fundido en ellos, hasta que su mente quedó en blanco y el placer estalló en él.

Chinen se recostó sobre su espalda para recobrar la respiración. Takaki se sentó apoyado en sus codos y tomó un pañuelo para limpiarse.

-No me he olvidado de ti – dijo Chinen, empujándolo de un hombro para que volviera a acostarse. Separó sus piernas y se sentó sobre sus muslos, volvió a estimularlo.

Ahora podía centrarse más en Takaki y era fascinante. Sus labios entreabiertos en un gemido mudo, cómo se llevaba una mano a la boca para no dejar escapar alguno, las contracciones en su cuerpo. Pero lo que más le gustaba era que lo tocaba en partes aleatorias, disfrutaba el descontrol de sus manos desesperadas sobre él.

-No te rías de mi – Takaki lo sacó de sus pensamientos.

No había notado la sonrisa en su rostro, las palabras de Takaki provocaron el efecto contrario.

-No me río, es solo que estoy disfrutando mucho esto.

Takaki se tapó la cara con un brazo, se mojó los labios que se sentían secos hacía tanto tiempo.

-No hagas eso – pidió Chinen, inclinándose hacia él para besarlo. Cuando se separó de él, retiró el brazo de su cara y besó la palma de su mano.

Takaki ya estaba en el punto en el que no tenía suficiente voluntad para no obedecer. Todo lo que le hacía Chinen se sentía tan bien, el aumento en el ritmo de su mano, su cabello rosándole el rostro cuando lo besó bajo la oreja, sus labios por todas partes, su aroma, la humedad de su lengua. Ojalá esto pudiera durar más, pero estaba tan cerca de terminar que era frustrante. Enterró sus dedos en el hombro de Chinen, intentando aferrarse al clímax que no se hizo esperar mucho más.

Dejó caer su brazo y se tapó nuevamente el rostro, Chinen rió y lo retiró.

-No puedo evitarlo, es una reacción espontánea –se defendió Takaki, respirando entrecortadamente.

-No me prives de tu rostro en éxtasis – dijo Chinen, parte en broma, parte en verdad.

Takaki le dio un leve empujón.

-No digas esas cosas – dijo riendo.

Chinen estaba hurgueteando entre sus cosas para buscar algo para limpiarse, Takaki tomó otro pañuelo y, con las mejilla encendidas, se lo entregó. Volvió a recostarse y miró el techo, recobrando su respiración normal.

El rubor no se había apagado cuando Chinen volvió a su lado y se acostó bajó las sabanas, murmurando un “estoy agotado”, y se dio vuelta para dormir.

-¿Crees que esto es una buena idea? – preguntó Takaki.

Chinen no se dio vuelta, su corazón latía en su garganta, asustado de a qué se refería específicamente esa pregunta.

-Sí – respondió secamente.

-Siempre puedo decirle a los demás que tuviste miedo y viniste a mi habitación llorando y por eso te quedaste a dormir aquí.

Chinen rió, aliviado.

-Nadie te creerá eso. Lo creerían si fueras tú el que fue a mi habitación asustado.

-Tienes razón -respondió Takaki, acariciando su cabello. – Soy cobarde… no me dejes ser cobarde en el futuro.

-No te dejaré – Chinen se giró hacia él para besarlo – No ahora que lo sé.

La situación parecía tan irreal, distinta a como siempre había fantaseado, no tan perfecta e infinitamente mejor.

Chinen se giró, apoyando su cabeza en la almohada, estiró el brazo y tomó el de Takaki para que abrazara su cintura. Takaki besó su cabello; la cercanía era más íntima que hacía unos minutos. Chinen no podía calmarse, no creía que fuera a dormir mucho, pero esta vez no importaba.

6 comentarios:

  1. Simplemente me encantó, este Takachii esta lindísimo ^^

    Yuko "I LOVE JUMP"

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    1. Me hace muy feliz que te haya encantado! gracias por leer :)

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  2. -Entonces que nos oigan.
    ADIOS

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  3. ¿Quien esta?
    Daiki e Inoo
    Entonces que nos oigan.

    Oh Chinen you are a bitch!!

    jajaja lo amoooo por favor maaaaas u.u

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    1. Muy feliz que lo hayas amado *O* gracias por pasarte por aquí a leer <3

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