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domingo, 25 de septiembre de 2011

Exclusividad

Parejas: Akame <3
Género: Romance, Angst
Rating: NC-17
Resumen: Kame y Jin tienen una relación que no está muy delimitada y es bastante libre. Pero a Kame la situación le cansa y el futuro lo hace sentir inseguro, tiene una novia y decide que ya no la engañará mas con Jin.




Su relación con Jin era sin compromisos, habían decidido algo así como de mutuo acuerdo que podrían estar con otras personas. Para Kame se estaba volviendo agotador, sentía que Jin lo tenía como algo seguro al cual no debía nada, mientras podía hacer lo que quisiera antes de encontrar una mujer adecuada… porque Kame lo sabía, Jin quería hijos. Él también los quería, en un futuro… todo indicaba que su “relación” no tenía ese futuro.

No sabía qué sentía o pensaba Jin al respecto y tenía miedo de preguntar. Tampoco sabía si Jin tenía una novia, aparte de estar con él… tampoco quería saberlo.

Él si la tenía, jamás se lo había mencionado a Jin, suponía que no tenía importancia. Y cada vez se sentía peor de estar engañándola con Jin. La quería, era una buena persona, muy paciente y comprensiva, era políticamente adecuada, pero no lograba sentir algo fuerte hacia ella… no era como con Jin.

Esa noche estaba en el departamento de Jin, abrazado a él en su cama, en silencio, hasta que Jin habló.

- Me encantaría tener hijos.

Ahí estaba de nuevo. Jin expresando su deseo de tener hijos era algo recurrente, Kame lo sabía. ¿A qué venía eso en ese momento? Jin sintió el cuerpo de Kame tensarse.

- mm…

Kame se soltó de Jin y comenzó a vestirse.

- A veces pienso que sería más fácil si… fueses una mujer – siguió Jin.

Kame paró en seco, enojado y herido. Se giró hacia el con una mirada rígida.

- Yo también he pensado que sería más fácil si tú fueses una mujer, pero no por eso te lo restriego en la cara- dijo con una calma fingida, poniéndose los pantalones rápidamente.

- No te lo restriego en la cara. Era solo un comentario.

- Sí lo haces.

Kame terminó, por fin, de vestirse y tomó sus cosas.

- Kame espera… ¿Qué te pasa? No te vayas.

- Sé que quieres hijos. Sé que te quieres casar también, yo también quiero eso. Hijos… casarme…

Jin estaba mudo, mirándolo, sin saber qué decirle.

- No sé qué esperas Jin… ¿esperas que cuando estés casado estaré ahí para que nos encontremos fortuitamente… cuando lo desees?

Era la primera vez que Jin se lo planteaba de esa forma, sabía que Kame tendría que estar ahí, trabajan juntos. También asumía que siempre estaría ahí, para lo que fuese.

- Esta relación… o como quieras llamarla, no tiene sentido.

Y fue lo último que dijo Kame antes de salir de su habitación y de su departamento. Jin no sabía si eso significaba que estaba terminando con su “relación” o era sólo una pelea momentánea.

Pasó una semana en la que Kame le hablaba sólo lo necesario y claramente lo evitaba… Jin lo extrañaba, pero no sabía qué decirle para que todo volviese a ser como era hasta antes de esa tonta pelea. Hasta que un día, se apareció en su departamento.

- Hola…- saludó Kame, incómodo.

- Hola…

- Sé que no hemos hablado en una semana – dijo Kame.

- Me estas evitando – acusó Jin.

- Sí…

- ¿Por qué?

- Estoy con alguien – dijo Kame, haciendo una pausa - y ya no quiero engañarla más, sólo la engañaba contigo… pero ella no merece que lo haga… terminemos con esto – la voz de Kame sonaba angustiada.

Jin sintió que se congelaba, Kame jamás le había hablado sobre otras personas y jamás lo había imaginado. Ahora que lo hacía, era desagradable. No le molestaba estar con otras personas mientras estaba con él, a pesar de que no eran duraderas, pues se aburría, pero la situación al revés era… molesta, dolía. Kame estaba prefiriendo a otra persona antes que a él.

- No quiero...- fue lo único que Jin pudo decir, su rostro no disimulaba su molestia y confusión.

- No te estoy preguntando si quieres.

La expresión de Jin se tornó mas molesta, pero no tenía más que decir. Jamás esperó que algo así pasara, no estaba preparado.

- Eso quería decirte…

Jin asintió, evitando mirarlo a los ojos. El silencio era incómodo.

- Adiós…- Kame quería terminar con esa situación pronto y estar en su departamento sin tener que fingir que era fuerte y que no le importaba nada de eso.

Se dio media vuelta para dejar a Jin atrás y no tener que mirarlo ni sentir su presencia confundida por más tiempo.

- Espera…quiero…- comenzó a decir Jin, tomando su hombro para que se girara hacia él – un último… beso… de despedida.

En la mente de Kame solo se repetía mil veces que era una mala idea, que sería doloroso, pero Jin no esperaba realmente una respuesta. Lo atrajo hacia él, en un beso desesperado y sus brazos a su alrededor no lo dejaban separarse. Sus brazos, por voluntad propia, se aferraron a su cintura.

Kame deseaba que ese momento durara para siempre, a pesar de lo amargo que se sentía el beso, estando conciente que sería la última vez, que nunca más tendría a Jin así de cerca, que nunca más estaría entre sus brazos. Podía sentir que Jin no quería dejarlo ir, la desesperación de su toque, de sus labios. Intentó separarse una vez más. No podía seguir, no quería quebrarse ante Jin, pero fue inútil, Jin no lo soltaba de ninguna manera.

- Jin… - dijo entremedio del beso.

- Kazu... no – fue la respuesta de Jin, sin detenerse ni abrir los ojos.

- Para, por favor.

Cuando Jin lo soltó, Kame notó que él aún tenía sus manos aferradas a él, lo soltó sin mirarlo.

- No tienes que hacer esto – dijo Jin. – Podemos seguir igual que antes.

- No puedo…. Ella no lo merece…

Jin realmente no entendía, nunca lo hacía. Kame sabía que no podía seguir así para siempre, Jin no estaría dispuesto a algo más, y Kame no se atrevería jamás a arriesgarse a mencionarlo, porque sabía que él no estaba en los planes de felicidad de Jin, porque así era más fácil normalizar la situación y que ambos olvidaran.

- No hay nada más que hablar – dijo Kame.

Jin volvió a asentir, nuevamente no tenía nada que decir, ni hacer para convencer a Kame, sintiendo como su pecho se apretaba dolorosamente, lo dejo ir.


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La siguiente vez que se encontraron, por cosas de trabajo, Kame se veía más cansado. Actuaba normal con él, frente a todos sus compañeros de grupo, incluso le sonreía. Sonrisa que no era acompañada por sus ojos,

Pasó igual la siguiente vez, y la siguiente, y la siguiente… Se estaba haciendo insoportable, para ambos.

Kame quería huir, pero era imposible. Trabajaba con Jin y aún cuando Jin no estaba presente, lo recordaba en todo. Gestos o actitudes de su novia que eran como los de Jin, también los que no lo eran, ver cosas que a Jin le gustaban, las que no... Era imposible escapar de él.

Quería rendirse, sabía que si volvía a Jin, él no lo rechazaría, pero sería un retroceso. No podía seguir en ese tipo de relación tan confusa, que más adelante terminaría hiriéndolo de todos modos.

Pasaron dos eternas semanas desde que Kame había hablado con Jin para terminar su “relación”. Y todo seguía igual de insoportable.

Jin se torturaba pensando en Kame y en su novia, a la que odiaba irremediablemente, aunque no la conocía; pero había alejado a Kame de él, ocupaba el tiempo que Kame le daba a él, Kame hacía con ella las cosas que solía hacer con él, podía besar a Kame, podía abrazarlo, podía tocarlo, y él ya no podía. Ni siquiera podía hablar normalmente con él, Kame era cortante cuando se atrevía a hablarle a solas.

Aún así ahí estaba, ofreciéndole a Kame llevarlo a su departamento un día en que Kame no llevó su auto y estaba a punto de llamar a un taxi.

- Gracias, pero no te preocupes – dijo amablemente, pues estaban todos presentes –No tengo problema en llamar a un taxi.

- No tengo problema en llevarte – dijo Jin con una marcada sonrisa. -¿Te molesta que te lleve?

La expresión de Kame se tensó, Jin no era tonto… no tanto. Estando todos presentes no podía rechazarlo tajantemente, menos cuando Junno le decía que se fuese con él y se ahorrara el dinero del taxi… como si fuese a costarle mucho. Pero aceptó, intentando aplacar su felicidad de estar cerca de Jin por un momento, solos.

Una vez afuera, antes de que Jin se subiera al auto, Kame habló.

- Pediré un taxi.

- Pero me dijiste que sí.

- Fue para que nadie sospechara nada.

- ¿Por qué no me dejas llevarte? – dijo Jin levemente molesto. -Sé lo que pasó entre nosotros, pero no veo por qué debas tener algo contra mí, fuiste tú el que terminó con todo.

Kame enrojeció violentamente, Jin tenía razón.

Entró al auto en silencio, su alarma de peligro protestaba. Con Jin, en un auto, cerca… muy cerca y solos.

Para Jin, esta era la primera vez que podía estar tan cerca de Kame en lo que parecía mucho tiempo, y al cerrar la puerta del auto su cuerpo se tensó. Giró su rostro para mirar a Kame, que le devolvió una mirada que intentó parecer relajada, pero sabía que estaba asustado.

Apretó su mano en el volante reprimiéndose, quería a Kame. En ese mismo instante, aunque fuese rozar la piel de su mano.

Jin lo miraba de reojo cada cierto tiempo, ambos iban mudos y la atmósfera no podía ser mas tensa. Cuando Kame miró de reojo a Jin y sus ojos se encontraron, Jin agradeció no haberse pasado una luz roja a pesar de lo exaltado que se sintió. Kame pasó su lengua por sus labios, Jin sabía que estaba nervioso y lo hacía por eso, pero no hacía más que aumentar el deseo de lanzarse sobre él.

Kame sabía que Jin también estaba nervioso, no sólo con ver su rostro, también al ver sus manos, como sus largos dedos tomaban tensamente el volante, como sus manos, torpemente hacían los cambios. Sintió deseos de tomar su mano para que se quedara tranquila, tomar su mano, tener contacto de piel con él, porque ya se le hacía una eternidad la última vez que lo había sentido.

Jin detuvo el auto y recién entonces Kame notó que no sabía donde estaban.

- Parece que te has perdido – dijo Kame con una sonrisa nerviosa, intentando sonar relajado.

Jin empuñó sus manos y respiró profundo cerrando sus ojos. Kame lo observó en silencio.

- No puedo – dijo Jin abriendo los ojos, girándose hacia él. – No puedo seguir así.

Desabrochó su cinturón de seguridad para acercarse más a Kame.

- Kazuya…

También desabrochó el cinturón de Kame, que no hizo nada por detenerlo. Tampoco cuando estaba prácticamente sobre él, besándolo.

Necesitaba sentir a Kame nuevamente, con desesperación. Sus manos violentamente sacaron su polera para que sus labios pudiesen tener contacto con su piel, para besarla, succionarla, marcarla. Porque necesitaba sentir que Kame le pertenecía, aunque fuese sólo en ese instante.

Se separó un poco de Kame para acomodarse mejor, pues el lugar era incómodo… ¿Suficiente para que Kame reaccionara y lo alejara? Miró su rostro esperando verlo disgustado, pero estaba bastante alejado de eso. La mano de Kame se estiró violentamente hacia él, tomándolo de su ropa y jalándolo con fuerza de vuelta a él, con tal fuerza que Kame se golpeó contra la puerta del auto, pero no era que realmente le importara o notara. Aferró sus manos a la espalda de Jin, apegándolo más a él, besándolo sin pensar en nada, porque lo necesitaba y por fin su cuerpo se sentía vivo de nuevo.

Las manos de Kame bajaron hasta el cinturón de Jin, desabrochándolo rápidamente, pero cuando iba a seguir, Jin lo tomó de las muñecas y las llevó de vuelta a su espalda, ordenándole silenciosamente que no lo soltara, que jamás lo hiciera.

Cuando Jin bajó un poco para poder morder su cuello, una de las manos de Kame se aferró con fuerza al cabello de Jin. La otra se deslizó debajo de su polera, enterrándose en la piel desnuda de su espalda. Los labios de Jin subieron hasta su oreja, apretando el lóbulo entre ellos y notando recién los gemidos de Kame. Sonrió. No era algo que antes no hubiese pasado, pero en ese momento, saber que Kame gemía y jadeaba a causa de él y por las cosas que él le hacía, le provocaba una mezcla agradable de sentimientos, Kame estaba así por él, no por nadie más, no por esa mujer…

Besó la piel detrás de su oreja, mientras su mano subía de su estomago hasta su pecho. El cuerpo de Kame reaccionaba sin contención debajo de él, y sus manos torpemente volvieron a su pantalón para intentar quitárselo.

- Yo lo haré – susurró Jin a su oído. –Pero no me sueltes…

Volvió a besar descuidadamente a Kame, mientras maniobraba para deshacerse de sus pantalones. Una vez que lo logró, prosiguió con los de Kame, tocando su piel lentamente en el proceso. Tomó una de las manos de Kame antes de bajar para besar sus muslos, la otra mano de Kame se aferró con fuerza a su cabello y sus gemidos lo alentaban a seguir. Subió por su cuerpo, apegado, restregándose y besándolo en el camino, hasta llegar nuevamente a esos labios que lo ansiaban incontrolablemente.

La mano que se aferraba a su cintura descendió hasta introducirse bajo la ropa interior de Kame. Ante el toque de la mano de Jin, Kame se mordió el labio y apretó la mano que tenía tomada con él, intentó reprimir como pudo sus gemidos, pero Jin se empeñaba en lo contrario. Jin quería sentir que tenía control sobre él, haciéndolo sentir de esa manera, descontrolándolo. Kame le pertenecía y sólo él podía hacerlo sentir así.

Había ruego en la mirada de Kame cuando Jin se detuvo, pero lo ignoró y lo besó, mientras bajaba su ropa interior, extremadamente lento. Las manos de Kame volvieron a aferrarse a su espalda, Jin sonrío entremedio del beso lento y apasionado. Se desprendió rápidamente de su ropa interior y se ubicó en la posición más cómoda que le permitía el lugar.

Hizo todos los procedimientos lo más cuidadoso posibles, pues necesitaba que Kame lo disfrutara.

Kame comenzó a instar a Jin para que acelerara el ritmo, pero Jin, lentamente, se detuvo. Kame abrió los ojos en busca de una explicación, pero la mirada de Jin lo hizo sentir incomodo y desvió la vista.

- Mírame- dijo Jin, temblando por la contención de no moverse.

Kame giró su rostro para mirar a Jin.

- Ella no puede hacerte esto, ¿verdad?

Kame se mordió el labio y desvió la mirada, moviendo sus caderas hacia él para poder convencerlo de que siguieran. Pero las manos de Jin se aferraron a ellas para detenerlas. Se inclinó más y acercó los labios a su oreja para besarla.

- Dímelo – susurró.

- No... – respondió por fin Kame, enterrando sus uñas en la espalda de Jin, pero él no cedía.

Jin pasó lentamente su lengua por su cuello.

- ¿No qué?

- No, no puede… ella no puede- dijo Kame en un susurro, avergonzado.

Con una sonrisa de satisfacción soltó a Kame y volvió nuevamente a empujar sus caderas contra él, esta vez ya sin contención. Kame ahogó sus gemidos escondiendo su cabeza en el hombro de Jin y presionando sus labios contra él, sus uñas se enterraron aún más en la espalda de Jin, pero a él no le importaba, era un dolor placentero. Al aumentar el ritmo y la intensidad, Kame presionó con mayor fuerza sus labios en su hombro, mordiéndolo para silenciarse de decir el nombre de Jin, pero él lo sabía, no importaba cuánto Kame se reprimiera y silenciara, en su mente sonaba claramente “Jin… Jin… Jin” con la voz de Kame.


Cuando Kame volvió en sí y a pensar más allá de lo básico, se odió por ser tan débil. Tomó su ropa y rápidamente, en silencio, comenzó a vestirse. Jin se acercó a él e intentó besarlo, pero se detuvo al mirar a Kame a los ojos, estaba triste. Se veía tan dolido que su pecho se apretó, no quería verlo así, se acercó más para abrazarlo, pero Kame lo detuvo.

- Esto… no pasó.

- Pero… ¿por qué?

- Porque ya no tenemos este tipo de relación… porque me prometí no volver a hacer esto.

- Pero Kame… queríamos… ambos, ¿verdad?

- No se trata de querer o no querer… - dijo Kame apretando los dientes -Realmente no lo entiendes… jamás lo haces.

Kame rápidamente abrochó su pantalón y se puso su polera para poder salir del auto.

- ¿A dónde vas?- le dijo Jin, tomándolo del brazo –Ni siquiera sabes dónde estamos.

- No importa.

- Te llevo a casa.

- No.

Kame se soltó violentamente y bajó del auto.

- ¡Te vas a perder!- le gritó Jin.

Kame no respondió ni se giró a mirarlo, sólo siguió caminando. Jin quería ir tras él, pero sabía que lo arruinaría más y no quería pensar en qué es lo que había hecho mal desde un principio, porque sus sentimientos hacia Kame siempre habían sido confusos y jamás había querido ordenarlos.

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Y pasó tiempo desde aquella vez en su auto y Jin quería que toda esa situación, que parecía tan irreal, terminara. No tener a Kame ahí le hizo notar lo presente que siempre había estado en su vida. La situación antes era tan cómoda, Kame siempre estaba ahí, cuando se aburría de alguna novia con la que había estado, Kame estaba ahí y Kame jamás lo aburría, las demás siempre… no duraba mucho tiempo.

Quería a Kame de nuevo a su lado, contarle cosas tontas de su vida, conversar del trabajo, que Kame le hablara de Ran-chan, Kame y sus manías obsesivas, Kame… sólo necesitaba eso… a Kame. Y entendió porque cada vez que intentaba imaginar su vida perfecta, con hijos y con su esposa despertando a su lado, era tan difícil. No quería una mujer despertando a su lado todos los días, quería a Kame, tal y como siempre habían estado, pero lo quería sólo para él, no quería que tuviera novias, menos que fuese exclusivo de una de ellas.

El tema lo acosaba en su mente a cada momento que podía, quería que Yamapi llegara pronto y poder hablar de otras cosas, pero lo había llamado para avisarle que se atrasaría. Y mientras esperaba dentro de una tienda los vio… Kame y una mujer pasaban fuera de donde estaba. Debía ser la novia que había dicho Kame. Su cuerpo salió del lugar por voluntad propia y los siguió, mientras su mente le gritaba que se devolviera.

La chica era normal, bonita, pero no extremadamente, o eso le pareció a él.

Cuando ya había caminado varios metros detrás de él sonó su celular. Era Yamapi, preguntando dónde estaba y haciéndolo volver, salvándolo de ser un stalker por más tiempo.

Cuando volvió al lugar del encuentro, Yamapi notó que estaba alterado, pero Jin insistió en que nada pasaba, en un tono que no logró convencer a Yamapi. Menos cuando le hablaba y Jin parecía no escucharlo, encerrado en sus pensamientos.

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Los obligados tiempos entre trabajo que tenían que pasar como grupo, Kame los pasaba leyendo y estudiando su libreto, y así podía olvidarse que estaba compartiendo un mismo espacio con Jin, situación que era peor desde el “incidente” en su auto. El trabajo lograba concentrarlo totalmente a momentos, y se aferraba a esos momentos lo más que podía. Daba resultado, bastante resultado, como para no notar que Jin se había acercado al rincón en el que se había aislado, sólo sintiéndolo cuando se sentó a su lado. Sus manos se tensaron, tomando con más fuerza su libreto.

- Hola… - saludó Jin, casi susurrando, tímidamente.

- Hola –saludó Kame, casi cordialmente, sin despegar sus ojos del papel, que estaban fijos, sin leer.

- ¿Có… cómo estás?

- Bien – respondió fríamente, aunque sus ojos decían lo contrario.

Jin miró sus manos nerviosamente y se rascó la punta de la nariz.

- ¿Va todo bien con… - comenzó, se aclaró la garganta – tu… novia?

Kame desvió su mirada hacia Jin y la volvió rápidamente a su libreto. Asintió sonoramente.

- ¿La… la amas? – las palabras apenas salían de los labios de Jin.

Kame se quedó en silencio unos segundos, aún sabiendo la respuesta… le estaba costando tanto mentirle a Jin.

- Tal vez - respondió sin poder mirarlo a los ojos.

Jin nunca había sido bueno descifrando si Kame hablaba con la verdad, pero no quiso seguir preguntando, no sólo por la incomodidad evidente de Kame, sino también por la propia.

Quería evaluar la situación, pero su mente era un caos y no sabía qué pasaba realmente con Kame, necesitaba saber si era feliz… tal vez así, de alguna manera le sería más fácil dejar todo de lado… si Kame era más feliz con él lejos. Jamás había sabido si el tiempo que habían estado “juntos” había hecho feliz a Kame. Siempre se había tratado sobre él mismo, no mucho sobre Kame, al menos no siempre concientemente.

Por primera vez notó cuánto le importaba el asunto de la felicidad de Kame. Quería que Kame fuese suyo, pero quería que fuese feliz con eso. Comenzó a cuestionarse si él podría hacerlo feliz, darle más que la persona con la que actualmente estaba.

Notó que todo ese tiempo mientras pensaba, estaba mirando fijamente a Kame, que se veía extremadamente incómodo, Kame por fin levantó la vista.

- ¿Qué? – preguntó, dejando escapar un tono desesperado.

- Nada…

- …

- Es sólo que… me preguntaba si acaso tú…eres feliz… ahora.

Kame sonrió amargamente antes de responder.

- No sé…

Ahora era claro para Jin, era un claro “No”.

- ¿A qué viene todo esto?

- Necesito saber – respondió Jin, sin pensarlo mucho.

- ¿Por qué?

- Porque sí.

Kame se mordió el labio, nervioso.

- Es porque… te… ¿te importo?

- Por supuesto que me importas – la voz de Jin tembló, y se detuvo exitosamente antes de agregar “mucho”.

El corazón de Kame se agitó, el ambiente era más íntimo, y sintió un repentino valor para preguntarle cosas a Jin… cosas que siempre quiso saber. Aunque, para su desgracia, el lugar no era el correcto y lo recordó efectivamente cuando se vieron interrumpidos al ser llamados para seguir ensayando.


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Ya estaba harto de darle vueltas al tema, llegaba a lo mismo y quizás ya era hora de hacer algo con eso. Hablar con Kame. Sincerarse sobre las cosas que pasaban por su mente y que sentía con respecto a él. Que eso hiciera que Kame volviese a él era lo que más deseaba, pero si no ocurría, al menos se lo habría dicho, y quizás dejaría de sentir que faltaba hacer algo al respecto y que tenía esperanzas.

Y ahora que Koki había salido de la habitación que compartía con Kame, parecía ser el momento indicado, se acercó a Koki, nervioso.

- Necesito tu ayuda.

- ¿Qué es? – preguntó Koki.

- Es algo muy importante… extremadamente importante.

- ¿Qué cosa? – insistió Koki, al ver que Jin no hablaba.

- Necesito hablar con Kame… y es importante… podría ser largo… ¿Puedes cambiarme de habitación?

- Si Kame está de acuerdo con eso…

- No lo estará.

- Entonces…

- Por favor...

La desesperación fue evidente para Koki, que le dio unas palmadas en el hombro y asintió. Jin sonrió agradecido y nervioso.

Golpeó la puerta, respirando con dificultad.

- Pasa – se escuchó la voz de Kame desde dentro, riendo. – No tienes por qué golpear.

Jin entro en silencio. Kame se encontraba acostado haciendo ejercicios, pero se detuvo súbitamente al ver a Jin, y la sonrisa se borró de su rostro.

- Hola…- dijo tímidamente Jin, acercándose a la cama.

- ¿Qué pasa? – fue la respuesta de Kame, mientras se sentaba en la cama.

Cuando Jin hizo amago de querer sentarse también, Kame se levantó, pero Jin lo detuvo tomándolo del hombro y obligándolo a volver a sentarse, haciendo presión en él hacia abajo. Kame frunció el seño, mirándolo fijamente.

- Hay cosas que quiero que sepas…- comenzó Jin -No sé si hagan cambiar tu forma de pensar, o si sea suficiente para que volvamos a tener… algo. Pero necesito decírtelo…

- Jin, no voy a engañar a mi novia de nuevo…

- Escúchame primero… no es eso lo que quiero que hagas… sólo quiero que me escuches.

- ¿Sólo tengo que escucharte? ¿No hay nada que quieres que haga al respecto?

Jin se quedó en silencio pensando…

- ¡No me hagas preguntas y escúchame!… Me gustas – soltó Jin. - Me gustas tal como eres… tu forma de ser me gusta…

Kame lo sabía, pero la forma en que Jin lo decía era diferente. A pesar de que siempre había quedado claro que ambos se gustaban, al decirlo en ese momento, de esa forma, lo hacía sonar mucho más serio. Jin estiró su mano levemente, y uno de sus dedos acarició tímidamente su torso.

– Me gusta tu cuerpo tal como es, no quiero que seas de otra manera.

Siguió acariciándolo suavemente, era un toque casi imperceptible y tímido, como si se tratara de alguien pequeño. Jin estaba siendo sincero y Kame lo sabía, le costaba no dejarse llevar por sus palabras y actitud, pero aún así permanecía quieto… escuchando… sintiendo. La mano de Jin subió hasta su mentón, acariciándolo, la respiración de Kame se aceleró.

- Tú… jamás me aburres – siguió Jin –, otras personas me aburren, pierdo el interés en ellas… pero en ti nunca… a pesar de todo el tiempo que nos conocemos, no me canso de ti, creo que jamás lo haré.

Las caricias de Jin eran cada vez más seguras, Kame no pudo evitarlo y cerró los ojos.

- Quiero… quiero que seas mío- Jin dejó de acariciarlo cuando Kame abrió los ojos abruptamente y lo miró -Sé que suena egoísta y posesivo… pero es lo que realmente siento. Saber que tenías a alguien me hizo sentir… ¿posesivo? O celoso tal vez. No quiero eso, no quiero que estés con alguien más… menos si no eres feliz con eso.

Jin estaba por fin, diciendo casi todo lo que hacía que Kame se sintiera triste sobre la “relación” que compartían. Su corazón se había acelerado desde el “me gustas”, las demás cosas, como el hecho de que Jin le expresara que jamás se aburría de él aumentaba sus esperanzas en que tal vez sí era posible tener una relación con él, en especial por el tema de la exclusividad que quería Jin… ¿Eso quería decir que Jin también sería exclusivo de él?

Jin seguía mirándolo a los ojos, esperando que Kame dijera algo al respecto, no sabía que más decir para darse a expresar mejor sobre sus sentimientos. Era pésimo poniéndose en el lugar de otros, no sabía qué decir aparte de lo que estaba dentro de él. Estaba desesperándose.

- ¿Qué más puedo hacer? – dijo finalmente Jin, mirando a Kame suplicantemente.

Kame soltó un suspiro, Jin temía que no hubiese entendido lo que quería decir, dejó caer su rostro, escondiéndolo detrás de su cabello.

- Ya no sé qué puedo hacer… debo ser realmente un tonto -el tono de Jin era de derrota.

Kame no pudo evitar sonreír, sabía cómo era Jin. ¿Realmente esperaba que resolviera todo el problema sin que él dijera nada? Tomó el mentón de Jin y lo obligó a mirarlo.

- Si quieres que sea sólo tuyo…- comenzó a decir Kame, rozando los dedos de Jin con su mano libre –, debes ser sólo mío.

Tomó su mano y fijó la vista en ellas, Jin se demoró unos instantes en reaccionar y procesar de que Kame le estaba ofreciendo una solución. Apretó con fuerza su mano y lo tiró hacia él para abrazarlo.

- ¿No podías pedirme eso antes y ahorrarme este sufrimiento? -dijo Jin, sonriendo.

- No – respondió Kame, sonriendo también –, no tenía sentido hacerlo si no pensabas en ello… y pensé que no era lo que querías.

Kame apoyó su cabeza en el hombro de Jin, sintiéndose más relajado, el cansancio del agitado día volvía a ser evidente.

- No hay otra persona con la quisiera estar que no seas tú, Kazuya – dijo Jin acariciando el cabello de Kame –, sólo me preocupa una cosa.

- ¿Qué cosa?

- Tienes novia en este momento, no estás siendo exclusivo para mí.

- Jin… ha pasado un minuto desde que decidimos eso…

- ¡Lo sé...! Pero… ¿te gusta?

- Mmm, sí… pero no de esa manera – aclaró Kame.- Es una relación muy plana, es una buena persona y he sido injusto con ella. Creo que ella sabía de alguna manera que las cosas no estaban bien, porque no estaba enamorado de ella… pero, ¿podemos no hablar de esto ahora?

- Está bien, tienes razón… - dijo Jin. –No tenemos que hablar de ella – lo último fue un susurro casi imperceptible.

- Esto significa que… - comenzó a decir Kame, casi susurrando –, tú y yo….

Jin lo separó para mirarlo a los ojos.

- Somos…. sólo tú y yo… ¿verdad?

Jin asintió.

- Somos exclusivos – dijo en un susurro, atrayendo a Kame hacia él de nuevo, besándolo suavemente.

Para Jin era de una manera diferente, tenía un significado diferente, era como un segundo primer beso. Las manos de Kame se aferraron lentamente al cabello de Jin. Al separarse, Jin volvió a darle otro beso, uno pequeño y corto, sólo rozando sus labios juguetonamente antes de sonreír, Kame le devolvió la sonrisa y tomó su mano. Ambos se quedaron en silencio, un silencio cómodo entre pequeñas caricias que se vio interrumpido por un bostezo de Kame.

- Está bien… está bien – dijo Jin, destapando la cama y entrando a ella.

- Jin… Koki va a volver en cualquier momento, no sé qué está haciendo, pero va a volver, sus cosas están aquí. Debes ir a dormir a tu habitación.

- No va a volver – dijo Jin serio, tirando a Kame para que entrara a la cama –, le cambié de habitación, así que acuéstate.

Kame volvió a sonreír, apagó la luz y, bostezando, entró a la cama. Jin lo esperaba con las sabanas en sus manos para taparlo, una vez que se acomodó lo abrazó y lo atrajo hacia él.

- Buenas noches Jin – dijo Kame besándolo.

- Buenas noch…espera… no duermas. ¿Acaso no vamos a hacer… cosas?

- Jin, es tarde, estamos de gira, tengo sueño, cansancio… y quedan 4 horas para dormir… podemos… ¿mañana?

Jin hizo un puchero, pero Kame ya estaba con los ojos cerrados, así que fue inútil.

- Mañana te despertaré mas temprano – dijo Jin, intentando sonar molesto.

Kame rió suavemente.

- Está bien – Kame sonaba somnoliento –, nos bañaremos juntos…

A Jin le gustó mucho la idea, lo suficiente para no insistir, además, él también estaba muy cansado.

- No puedo esperar a que sea mañana.

Jin lo besó nuevamente, deseándole buenas noches. Kame se arrimó más cerca de él, abrazándolo, más relajado y feliz que muchas de sus noches anteriores.

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